Crítica de «El Potro, Lo Mejor del Amor»: La fama tiene su precio

Por Miguel Krebs

Título original: El Potro. País: Argentina. Año: 2018. Dirección: Lorena Muñoz. Guión: Lorena Muñoz y Tamara Viñes. Intérpretes: Rodrigo Romero, Florencia Peña, Fernán Mirás, Daniel Aráoz, Jimena Barón, Malena Sánchez, Diego Cremonesi. Producción: Fernando Blanco, Alejandro Cacetta, Mili Roque Pitt, Axel Kuschevatzky, Juan Francisco Pelosi y Cindy Teperman. Distribuidora: Fox. Duración: 120 minutos.

El jueves 4 se estrenó a nivel nacional la película El potro, lo mejor del amor, un biopic sobre Rodrigo Bueno. Hubo en el año 2001 una película que pasó totalmente desapercibida que se llamó Rodrigo, La película, un largometraje dirigida por Juan Pablo Laplace en el que se entrelaza una historia de amor ficticia con imágenes reales de recitales del cantante cordobés. Pero El Potro, lo mejor del amor, no pasará desapercibida por su calidad cinematográfica más allá que se simpatice o no con la música cuartetera o con Rodrigo. La dirigió Lorena Muñoz, la misma directora de Gilda, no me arrepiento de este amor, ambas películas con un denominador común; penetrar en el mundo del cuarteto característico y biografiar a los representantes más famosos de este género. En mi opinión Lorena partió de dos documentales que hizo para Canal Encuentro con su productora Ojos Brujos, sobre Gilda y Rodrigo Bueno, en base al relato de sus familiares y amigos.

No me convence el relato del protagonista, el actor Rodrigo Romero, que no siendo actor y cantante dijo: “En octubre de 2017 vi el anuncio por Facebook en el que buscaban al protagonista de El Potro, lo mejor del amor, la biopic sobre el ídolo popular… y mi ídolo personal. Mandé la foto de caradura que soy, y en diciembre quedé seleccionado”. Dejó su trabajo de albañil, viajó a Buenos Aires y se puso bajo las órdenes de la directora Lorena Muñoz. Lo que a un actor le lleva años estudiar arte dramático para hacer el papel de El potro, Rodrigo Romero le llevó 5 meses nada más. Además es sospechoso que le hagan las mismas preguntas en todos los reportajes e invariablemente responde lo mismo como si le hubieran escrito un guión. Para mí, Rodrigo Romero es un estudiante cordobés salido de alguna escuela de teatro.

También llama la atención que en ninguna parte figuran los nombres de los técnicos, ni siquiera en el afiche ni en los créditos en el comienzo de la película. Digo esto porque si bien la mayoría del público y los críticos no tienen en cuenta este detalle, una película no pasa solamente por la actuación y el guión, es por eso que hago hincapié en mis críticas al aspecto técnico. Esta película en particular tiene un excelente trabajo de fotografía de Daniel Ortega (según pude averiguar) que contribuye a aumentar el dramatismo de la historia según el plano elegido. En el inicio de la película para presentar a Rodrigo, se pasa de un negro total que abarca toda la pantalla a primeros planos de una o varias personas en claroscuros con fuertes contrastes hasta terminar en un plano general totalmente iluminado con haces de colores. La directora ha querido filmar con pocos planos abiertos para que el espectador se ubique donde transcurre la acción y luego continúa la narración con planos cerrados para darle un carácter más intimista apoyados con la luz apropiada.

En el aspecto del maquillaje y peinado, se trató de mantener cierta similitud con los personajes reales, de hecho el protagonista tiene un parecido sorprendente con Rodrigo y a Florencia Peña en el rol de Beatriz Olave, la madre sobreprotectora de Rodrigo, si bien no había un gran parecido físico se trató resaltar ciertas características que hacen a su personalidad como el peinado, la uñas afiladas de un rojo intenso y gran cantidad de anillos en sus dedos.

En lo que respecta a la historia, el mismo dúo Lorena Muñoz y Tamara Viñes, escribió también el guión de Gilda, no me arrepiento de este amor. Para el tratamiento de este personaje, conocedoras del alma femenina, se prestaba para un análisis más exhaustivo por su complejidad, que Rodrigo no lo tiene. Hay un detalle en los diálogos que pasó desapercibido tanto para las guionista que para el público; el uso de un lenguaje coloquial que a fines de los años 90 no se empleaba (chabón; ¿todo bien?)

La película fue bien recibida por la gran cantidad de público que asistió al Centro Cultural Cotesma, incluso mostró su satisfacción con un aplauso al finalizar la misma. Este largometraje nacional, según información de las 22 hs del día 5, vendió 37.999 entradas en 301 salas, un 44.2% de las 86 mil entradas de cine que se vendieron en Argentina este jueves, siendo El Potro, lo mejor del amor, lo más visto del día e imponiéndose a la película de Marvel “Venom”, que tuvo 31.951 espectadores, según informó Cines Argentinos.

Descubre más desde Realidad Sanmartinense

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo