Presupuesto 2019: una promesa cumplida

El gobierno nacional logró cumplir con el FMI. La aprobación del presupuesto 2019 refleja la prioridad de establecer el equilibrio fiscal por sobre cualquier meta de desarrollo, crecimiento económico o generación de empleo.

Finalmente se aprobó el presupuesto 2019. El Senado lo sancionó con 45 votos a favor, 24 en contra y una abstención. El gobierno logró así cumplir con las exigencias del Fondo Monetario Internacional, que prioriza el equilibrio de las cuentas públicas para continuar con los desembolsos de un acuerdo que ya se había elevado a 56.300 millones de dólares y autorizar un nuevo desembolso de 5.700 millones.

El presupuesto finalmente admite una caída de la economía del 0,5%, a pesar que el propio FMI ya estima que sería del 1,7%.

Esto implica un costo social que se verá reflejado en los recortes a obras de infraestructura, educación, salud, viviendas, desarrollo urbano y más.

Sin embargo como es obvio, se contempla el aumento de la deuda: lo único que no será recortado. Por el contrario crecerá por encima de la pauta inflacionaria y se deberán pagar 596.000 millones de pesos (aumento del 50%) con una deuda total que al final del 2019 será del 87% del PBI, es decir de los bienes y servicios que producimos.

Lo cierto es que el gasto se reducirá en términos reales en un 6% en servicios sociales, en 23% en educación y cultura, 48% en vivienda y urbanismo, 20% en promoción y asistencia social, 8% en salud, 17% en ciencia y técnica y 20% en agua potable y alcantarillado.

Sin duda lo que se proyecta es un escenario de recesión con una caída del consumo del 1,6%, un 9,7% de disminución de la inversión y también el descenso de la inversión pública; y sólo se mantiene la esperanza de una mayor recaudación traccionada por el campo y la presión tributaria.

Al mismo tiempo que se prevé una menor demanda de dólares para las importaciones, pero producto de la recesión y no, claro, del desarrollo nacional.

La quita de los subsidios al transporte de 43.000 millones de pesos se pretende reparar vía un fondo compensador de 6500 millones para los municipios. El resto lo deberán poner de su bolsillo las familias que menos tienen, con el encarecimiento del transporte público, como ya lo vienen haciendo.

Se aprobaron además tres proyectos complementarios, sobre el régimen de monotributo, un régimen especial para las contribuciones y aportes de las cooperativas y mutuales de ahorro, de crédito y financieras de seguro.

En la madrugada del debate, una conocida senadora recordó que esta ley de déficit cero ya fracasó, y no obtuvo ningún resultado en: Argentina en el 2000, Portugal en el 99, Pakistán en el 2006, Bielorrusia en 2009, Grecia en el 2010, Italia en 2012 y Ucrania en el 2008.

También recordó que la pesada herencia se transforma en la pesada deuda, que se garantiza y condiciona así, con esta ley y el nuevo acuerdo.

Sin embargo se acaba de aprobar luego de un debate que lo encontró alejado del ciudadano común.

Pero al mismo tiempo estarán muy cerca sus consecuencias, porque sin dudas seguirá afectando el bolsillo de cada uno; en la medida que por este camino se siga contribuyendo al deterioro de las condiciones de vida de toda la población.

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